Lamine tiene 19 años y llegó a España hace tres desde Guinea Conakry “buscando una vida mejor” para él y su familia, con quienes habla a diario y a quienes trata de apoyar económicamente cada mes gracias a su trabajo en una empresa de limpieza que le ocupa los días completos: por las mañanas trabaja en unas oficinas cerca de Puerta del Ángel y por las tardes se desplaza hasta Vicálvaro.
En el piso en el que vive no hay nadie de su edad, algo que en sus primeros años en Madrid le ha pasado la factura de la soledad. “No tenía con quién compartir aficiones, o con quién hablar de mis asuntos cotidianos”, relata el joven que, tras hablar de ello con la trabajadora social de la ONG que lleva su caso, fue derivado a ONG Rescate para formar parte del programa Contigo.
Como avanzamos en el artículo protagonizado por Roa, Olga y Vicky, Contigo es un proyecto promovido y financiado por la oficina de ACNUR en España, que cuenta con la colaboración del Comité Español de ACNUR, de la Fundación La Merced Migraciones y de la Universidad Pontificia Comillas, entre otras entidades colaboradoras.
Está dirigido a personas beneficiarias de protección internacional, de entre 15 y 24 años, residentes en la Comunidad de Madrid y entre los objetivos están favorecer su inclusión en España a través del apoyo de la sociedad civil y del voluntariado, facilitar el acceso al ocio y fomentar la participación social como forma de acercarse al nuevo contexto cultural, así como la sensibilización y la implicación de la ciudadanía sobre la realidad de la juventud refugiada. Para alcanzar estos objetivos, cada persona refugiada cuenta con el apoyo de dos personas voluntarias que son sus mentoras, una procedente del ámbito universitario y otra procedente del ámbito profesional. Todas juntas forman un ‘Vínculo Contigo’.
La apuesta del ACNUR por este proyecto de voluntariado la explica Margarita de la Rasilla, referente en la oficina de ACNUR en España para infancia refugiada. “El voluntariado nos permite conocer y relacionarnos con personas de culturas y realidades diferentes a las que habitualmente vivimos. Esto provoca un efecto sensibilizador en los voluntarios que transmitiendo sus experiencias positivas a familiares y amigos se convierten en los mejores embajadores de las causas en las que colaboran”, asegura.
Cuando Lamine llegó a ONG Rescate, en octubre de este año, las personas responsables del proyecto le presentaron a Sara y a Zoe. Sara tiene 25 años y es la voluntaria del ámbito profesional, mientras que Zoe, de 17, es la estudiante que completa el vínculo. Ambas coinciden en la importancia del voluntariado y de cómo éste rompe barreras y crea nuevos lazos, además de sensibilizar a todas las personas que participan en programas de voluntariado y a sus entornos.
Si se decidió que ellos tres formasen un Vínculo Contigo no fue casualidad. Cada emparejamiento tiene un estudio previo para tratar de poner en contacto a personas afines y que así puedan surgir amistades verdaderas. En el caso de Sara, comparte con Lamine la pasión por el baloncesto y el cine; mientras que Zoe tiene en común con el joven guineano la afición por los bailes urbanos.
CAPITAL HUMANO VOLUNTARIADO CONTIGO
Sara es una ingeniera química de Moratalaz que compagina su máster con una beca empresarial. A través de la web de voluntariados de la Comunidad de Madrid (CAM) sintió al leer el proyecto que se ajustaba a ella por muchas razones. La primera, y fundamental, por la posibilidad de poder compaginar el voluntariado con sus horarios de estudios y trabajo. Y la segunda, por el interés que despertó en ella la posibilidad de acercarse a nuevas realidades con las que no estaba familiarizada. “Había pasado mi vida rodeada de personas con vidas similares a la mía, con gente con la que había compartido ciudad, colegio, infancia y adolescencia, pero conocer personas con la misma edad y realidades tan diferentes te abre mucho la mente”, explica Sara, que no solo está agradecida por la relación que ha establecido con Lamine y Zoe, sino con todas las otras personas que forman parte del proyecto con las que en más de una ocasión han realizado actividades grupales.
Desde que se conocieron el feeling surgió entre los tres y han congeniado muy bien. Sara ha abierto su círculo a personas con las que siente que se identifica más de lo que esperaba “Me gusta ser más consciente de la realidad de las personas refugiadas, ver que hay gente que estaba estudiando su carrera y por una guerra se tuvo que ir a otro país… me siento muy identificada por primera vez”. Es la misma sensación que tiene Zoe, una madrileña de 17 años que compagina su carrera de actriz con los estudios de artes escénicas y que también llegó hasta Contigo gracias a la CAM.
Pese a que la madre de Zoe lleva muchos años en el activismo, fundamentalmente reclamando los derechos de las mujeres afganas, esta es su primera experiencia en un voluntariado a título personal. “Este programa me permite poner cara a las historias que me resultaban lejanas”, explica la joven que se ha volcado con el proyecto y disfruta de cada rato que encuentra con Lamine y Sara para pasear por el retiro y ponerse al día.
NAVIDADES EN FAMILIA VOLUNTARIADO CONTIGO
Tienen pendientes varias actividades. ¿Las primeras? El cine y el parque de atracciones. Pero mientras logran cuadrar agendas entre los tres, de momento Lamine ya ha pasado las navidades en Barcelona con Zoe y su familia. La joven coincide en que el voluntariado es enriquecedor y plantea que debería ser una “asignatura obligatoria” para cada persona. Está claro que la gente necesita ayuda, pero lo que te aporta y lo que aprendes tú, por puro placer e interés, creo que es esencial para nuestro desarrollo personal”, concluye.
ACNUR decidió lanzar un proyecto dirigido a jóvenes porque detectó que ellos tenían una clara necesidad de ampliar su red social para lograr una verdadera inclusión en la sociedad de acogida. “En diferentes encuentros con jóvenes, ellos mismos nos trasladaron en muchos casos una intensa sensación de soledad y desconexión con la sociedad española. Su potencial para lograr grandes cosas y su ilusión e interés en relacionarse y conocer mejor la sociedad española nos animó a poner en marcha el proyecto Contigo junto a ONG Rescate», afirma Margarita de la Rasilla de ACNUR.
Desde luego no se equivocaron en su apuesta. Para Lamine, la amistad forjada con Sara y Zoe ha supuesto un antes y un después. Con una voz que derrocha felicidad en un español imperfecto, finaliza la entrevista comentando: “Nos lo pasamos muy bien, no sabría explicarte bien cuál es la importancia de que las personas realicen voluntariados, pero a mí me está proporcionando mucha alegría”.