«Los estereotipos son la base de las actitudes discriminatorias, por lo que suelen conllevar consecuencias negativas en la convivencia.»
Por Ángel Moran*
Es necesario establecer el origen de las fake news (en castellano noticias falsas o falseadas) como consecuencia de la cosmovisión de la intencionalidad comunicativa como fundamentalmente emocional en lugar de informativa. Es decir, nace de la popularización práctica del concepto de posverdad, el cual hace referencia a aquella información en la cual los datos objetivos tienen menos importancia que las emociones que suscita.
Así, la popularización de las noticias falsas tiene algunos matices que hacen al uso de éstas realmente preocupante. Visto que surgen del uso emocional de la información, hay que considerar que detrás de las fake news existe el objetivo de manipular una idea, creando otro suceso alternativo que provoque confusión y engaño. Su peligro radica en cómo la información presentada como real no sólo no lo es, sino también en la forma en la que entra e infecta la opinión pública, especialmente en cuanto a claves políticas y/o sociales.
La (des)información en materia migratoria
A pesar de existir bulos de todo tipo, resultan especialmente comunes aquellos de contenido abiertamente xenófobo y que afectan a grupos minoritarios que ya se encuentran de por sí en situaciones de vulnerabilidad, perjudicando la convivencia con el grupo mayoritario.
Resultados del proyecto Maldita Migración destacan que uno de cada tres bulos por los cuales la web Maldita.es fue consultada en 2018 tiene que ver con las migraciones. Además, solo en los primeros 20 días de enero de 2019, esta plataforma identificó 50 bulos sobre migración y refugio en España. Esto son más de dos bulos diarios. Teniendo en cuenta que los españoles encabezan la lista europea de quienes más “caen en las trampas” de las fake news , resulta evidente que se trata de una situación preocupante (Ipsos Global Advisor, 2018).
Desgranando estos bulos de corte xenófobo, un estudio publicado por la Universidad de Sevilla, concluye que la mayor parte de los bulos relacionados con la xenofobia presenta contenido engañoso derivado de la intención de “incriminar a alguien”. En la mayoría de casos detectados, la (des)información está relacionada con menores extranjeros no acompañados y migrantes magrebíes.
El estudio continúa buscando las posibles motivaciones de difundir estos supuestos, refiriendo que el 75% de los engaños pretenden “generar alarma social” en referencia a personas migrantes, a través de un discurso basado en el miedo a su llegada y las consecuencias. Su eficacia se ve reforzada por los mecanismos de aquellas fake news cuya intención es provocar miedo, lo que resulta ser otra de las principales causas de la difusión de bulos.
El peligro intrínseco
Las noticias falsas representan en sí mismas el summum del uso de estereotipos. Éstos son esquemas mentales simplificados acerca de un grupo que posee ciertas características en común (sexo, etnia, orientación sexual…) y que tienen como objetivo ahorrarnos tiempo en la categorización y etiquetado de miembros desconocidos de dicho grupo, aunque poco tengan que ver con la realidad. Así, las fake news suponen un elemento perfecto tanto de distribución de estereotipos, puesto que suelen ir acompañadas de datos y argumentos (falsos, pero eficaces al apelar al componente afectivo), como de su creación, pues se sabe que habitualmente no serán contrastadas.
Los estereotipos son la base de las actitudes discriminatorias, por lo que suelen conllevar consecuencias negativas en la convivencia. Estas actitudes condicionan la vida de las personas afectadas de diversas maneras:
•La creencia sobre el comportamiento de otra persona influirá en su ejecución. Esto se conoce como Efecto Pigmalión. Así, la estigmatización de personas procedentes de entornos socioculturales vulnerables refuerza la probabilidad de ejecución de la conducta esperada. Ejemplo: un menor extranjero no acompañado que interioriza su condición grupal estereotipada como criminal, tenderá a comportarse de esta manera, generando un eterno círculo de categorización-reafirmación.
•Desplazamiento a espacios alejados de los contextos de participación, ya sea no contratándolos para un puesto por supuestas carencias de su etnia, no facilitándoles ciertas viviendas por prejuicios en torno a su capacidad económica, o no admitiéndoles en un colegio. Esto provoca un escaso acceso a los recursos y baja adhesión a normas para su obtención por medios normalizados, aumentando su tasa de criminalidad y generando, además, desconfianza y rechazo hacia el grupo mayoritario por parte de las comunidades migrantes.
•Problemas de salud mental en personas migrantes: la sensación de inseguridad que provoca vivir en barrios desorganizados y, en muchos casos, ser o sentirse víctima de violencia verbal, física o psicológica, puede generar trastornos de estrés o ansiedad; la falta de acceso a la participación comunitaria tiende a generar sentimientos de aislamiento, facilitando la aparición de trastornos del estado de ánimo como la depresión; la necesidad de abandono de las propias raíces para adaptarse a un modelo de integración asimilacionista está relacionado con la despersonalización y pérdida de identidad, que hacen probable la desaparición o desviación de las metas vitales y, una vez más, desarrollar trastornos afectivos.
(*) Voluntario de la #RedAlRescate
#RedAlRescate es un proyecto de sensibilización y prevención de la xenofobia y promoción de la convivencia intercultural a través de redes sociales. Financiado por:
